A todos los cubanos y cubanas que hemos decidido vivir fuera de Cuba y no pedir limosna al gobierno cubano lo que es nuestro derecho: entrar y salir del país cuando queramos, nos han hecho sufrir negándonos el derecho a entrar para ver a un familiar enfermo. A mi me pasó con mi mamá, cuando me dieron el “permiso de entrada”, fue demasiado tarde. No la pude ver viva, ni decirle adios.
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